top of page

Noviembre, 2009

 

Recuerdo hace unos meses cuando Pablo me propuso compartir con él este viaje, "he conocido unos indios del pueblo Navajo, me han invitado a visitarles, ¿vienes conmigo?" éstas fueron sus palabras. Yo no ubicaba bien el destino, no sabía quiénes eran los navajo pero sin dudarlo dije "sí", de inmediato pensé, quiero conocer ese pueblo y quiero conocerlo con Pablo, voy. Los motores del avión ya están en marcha, en unas horas me encontraré a miles de kilómetros de lo cotidiano, de lo conocido, a mi mente viene esta pregunta que ya va siendo recurrente ¿por qué cuánto más me alejo más tengo la sensación de acercamiento, de reencontrarme con ese yo que el día a día me nubla y a menudo no me permite reconocer...? Aterrizaré en Albuquerque y el resto irá apareciendo a través de estas páginas, el pueblo Navajo, Hopi y tantos otros hablarán, confío que sabré escuchar, podré entender y caminar a su lado.

 

Así empezaba mi relato hace ya cuatro años. Ahora, releyendo lo que escribí vuelvo a sentir esa emoción, las imágenes aparecen nítidas, desde el brillo en la mirada de Pablo, sentado esperándome en un banco de un aeropuerto desértico, quizá preguntándose ¿qué voy a hacer yo, con mi tía, estas dos semanas….? hasta los maravillosos encuentros fortuitos con gente de tan diversas culturas, los Apache, los Hopi, los Navajo así como americanos que se sienten ciudadanos del mundo abriendo sus hogares, sus corazones para que todos tengamos cabida, y me refiero a ti Louisa, y a ti Darance, Edmund, Dennis, Marcia… y la lista se hace larga larguísima y a todos, a través de estas líneas, os quiero expresar mi gratitud.

 

 

 

Nuestros primeros días transcurrieron en Arawaka, allá en las montañas a pocos kilómetros de Santa Fe.

Aquí, alrededor de la cúpula que acoge y guía a cuantos a ella se dirigen empiezo a conocer el Fuego Sagrado de Itzachilatlan, el Camino Rojo o Camino del Corazón que encarna el fluir de los pueblos indios. Me dicen que al dispersarse crearon sus propias maneras de vivir la espiritualidad, surgieron así distintas ceremonias, altares... cada uno con un propósito, bien sea colectivo o individual, me hablan también de Aurelio Díaz Tekpankalli del pueblo purepeche de Michoacan en México, quien se ha dedicado a reactivar la sabiduría de estos pueblos habiendo recibido el legado que le convierte en su transmisor.

A continuación transcribo sus palabras:

 

... el agua también representa el camino, nos enseña a caminar, como un río que va hasta el fondo de las cosas mostrándonos la fluidez, la claridad, la transparencia, el río más que nada, es como nosotros queremos que las cosas sean en nuestra vida, que todas las cosas lleguen, que lleguen hasta la fuente mayor.....

... yendo al fondo de las verdades más grandes que nos identifican, veremos que no hay diferencia significativa entre ellas, cualquiera que reconozca que la Tierra es nuestra madre y la honre, reconocerá que somos y pertenecemos a un solo pueblo llamado ser humano....

... el encuentro real no significa renunciar a nuestra identidad pero sí respeto, ser capaz de identificar que sentimos y queremos lo mismo...

…crear el espacio para que crezca la verdad dentro de nosotros…

….si eres capaz de escuchar, entonces puedes entender….

 

 

 

 

No es fácil hablaros de Santa Fe, pues ¿qué decir de una ciudad que nombra así a sus calles? Camino de los Vientos, Fuego Sagrado, Cielo de Oro, Arroyo Coyote, Camino Quieto, Final del Arco Iris, Rancho Corazón, Calle del Cielo....  donde la gente nunca cierra sus casas con llave, se van dejando abierto, para que cualquier amigo, en cualquier momento, pueda entrar y cobijarse, prepararse un te al ladito del fuego mientras espera tu regreso.

Deambulamos por sus calles en donde la imaginación y creatividad no tiene límites; gente tranquila que cuida y ama su ciudad, compartiendo ilusiones, anhelos.....

También visitamos, por las montañas circundantes, una aldeita llamada Madrid, parecía haber surgido, como por encanto, del país de Nunca Jamás. Ante nosotros se despliega todo un mundo rebosante de fantasía.

Antaño, hubieron aquí unas minas que hace ya mucho tiempo cerraron. En la década de los 70, gentes con mucho ingenio empezaron a ocupar las casas de los antiguos mineros, transformando el lugar, de tal forma, que al pasear por sus calles repletas de galerías de arte, cafés, luces.... tienes la seguridad de estar viviendo un sueño.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fue en Santa Fe en donde participé en un Temascal, ceremonia antigua que tiene lugar en una cabaña redonda, como un iglú, en cuyo centro se depositan unas piedras incandescentes, calentadas previamente cerquita del lugar.
Suavemente te deslizas y haciendo una pequeña reverencia penetras en el cálido útero de la Madre Tierra donde todo es amor, protección... es la ceremonia del primer aliento, la representación del periodo en el que estamos en el vientre materno, donde el tiempo parece detenido y los latidos del corazón son solo acompasados por el retumbar de los tambores. Los cantos te acogen y en todo tu ser convergen la energía masculina y femenina, tus sentidos se magnifican, el olor de las hierbas quemadas en el fuego central penetra en todos tus poros y así, en la más absoluta oscuridad, soy capaz de sentir y venerar los cuatro elementos que nos dan vida: el Fuego, el Agua, el Aire y la Tierra.


 

Y de Nuevo México llegamos a Arizona, tierra quebrada que muestra sus raíces hasta lo más profundo, rocas y montañas sagradas del color de la sangre, orgullosas y desafiantes, se elevan invadiendo el inmenso azul turquesa del cielo. Desiertos inhóspitos, delirantes, se muestran sedientos, ávidos de alimento, reapareciendo repentinamente cubiertos de una blancura impoluta, ésta es la tierra poblada por tribus que se disputan entre sí la posición de guardianes de la sabiduría anasazi, morada de pueblos que hablan de otros mundos, de sus espíritus a los que honran y agradecen su protección, gentes que viven respetando los ciclos de la naturaleza y veneran a su Madre Tierra y a su Padre Cielo....


En Sedona se dice que se encuentran 5 de los 21 vórtices energéticos que hay en la Tierra. En medio del desierto de Arizona, un valle verde se extiende revelando unas impresionantes formaciones rocosas, su tierra escarlata ejerce una influencia tal que el latir de la Tierra y su esencia penetra en lo mas íntimo de ti, cuenta la leyenda Hopi que de allí emergieron sus ancestros quienes antes de vivir en la superficie moraban en sus cavidades más profundas, esta tierra nos habla de otras dimensiones.... quizá de la antigua Lemuria, pero la existencia o no de un pasado pierde su importancia.... ante estas montañas te sientes puro y vulnerable a la vez, te hacen empequeñecer y te magnifican, su espíritu te embarga y una paz interior te abraza dulcemente.


 

El Gran Cañón: un laberinto infinito formado por cañones, fisuras y quebradas esculpidas en la roca, mesetas y montañas. Mide 29 kms de ancho y 340 de largo. Mirando hacia el fondo la vista se pierde en una profundidad de hasta un kilómetro y medio. Dicen que estas rocas se formaron en el fondo de un océano cálido hace millones de años por la acumulación de sedimentos que llegaron a alcanzar un grosor de casi dos kilómetros. Más tarde, una gran colisión de las placas tectónicas elevó toda esta región para formar la altiplanicie de Colorado que ahora se encuentra de 2100 a 2750 metros sobre el nivel del mar, con el tiempo empezó la erosión a través de las capas de sedimento. Eventualmente el río surcó este canal que ahora conocemos como El Gran Cañón.


También visitamos el Cañón de Chelly donde vivieron pueblos tan antiguos como los archaic que se dice habitaron este lugar desde el 2500 al 200 a.C., a los que sucedieron los basketmaker, los pueblo, los hopi, los navajo... a quienes todavía hoy encontramos en él, cuidando sus cosechas, su ganado, custodiando su alma, es su lugar, tanto física como espiritualmente.

Los ciclos del Sol, la Tierra y la Luna, las estaciones, ceremonias y las sucesivas generaciones forman la cotidianidad de la vida en el cañón, mantener el equilibrio con la Madre Tierra es su misión, su propósito para una vida plena en paz y armonía.

Todo esto cuenta la historia, todo esto forma parte de la leyenda, nosotros solo somos capaces de sentir la atracción hechicera del lugar y presenciar cómo, vigilante, en medio del valle, se alza Spider Rock morada del espíritu de la diosa de la mitología del pueblo Navajo, la Spider Woman de quien aprendieron a tejer y les donó esta enseñanza: "en todo lo que hagas pon lo mejor de ti pero sin buscar la perfección, siéntete orgulloso de tu trabajo pero nunca hasta el punto en que quedes atrapado por ello".

 

... y en el cañón pasamos la noche en una cabaña, sepultada en la nieve, arropados por el crispar de la leña al quemarse y los aullidos ininterrumpidos de los zorros en su errar.


 

 

 

Algunas noches, ¡cómo no! dormimos en los moteles de esas interminables carreteras americanas, así atravesamos el desierto pintado y el bosque petrificado. Nos cuentan que a mediados de S XIX un grupo de topógrafos del ejército estadounidense llegaron al este de los Estados Unidos diciendo haber encontrado un desierto pintado con árboles convertidos en piedra.... hace mucho, mucho tiempo, dicen que unos 225 millones de años, este lugar era una extensa llanura de aluvión atravesada por muchos arroyos y ríos, lo poblaban bosques de grandes y majestuosos pinos, así como reptiles parecidos a los cocodrilos, anfibios gigantes que se alimentaban de peces y varias especies de dinosaurios pequeños que vivían entre una gran variedad de helechos y otras plantas, todo esto lo conocemos, hoy en día, en forma de fósiles. Se cree que los árboles más altos cayeron y fueron arrastrados por los ríos caudalosos hasta la llanura de aluvión quedando sepultados bajo la arcilla, el lodo y la ceniza volcánica, al quedar privados de oxígeno su proceso de descomposición se ralentizó. Con el pasar del tiempo, las aguas subterráneas con alto contenido de sílice penetraron en los troncos y la madera se fue petrificando. Mediante este proceso el sílice se convirtió en cuarzo facilitando la preservación de los troncos en forma de madera petrificada.

 

El tiempo pasó y los continentes se separaron y Norteamérica llegó a su posición actual, la región entera se elevó sepultando los gigantescos troncos petrificados bajo niveles más profundos y provocando el fraccionamiento de muchos de ellos.

 

....Siguió pasando el tiempo y el viento y el agua erosionaron las capas de piedra, dejando expuestos los troncos petrificados y fósiles de reptiles y anfibios, quienes junto a las capas rocosas han sido los únicos testigos de los cambios ocurridos a través de millones y millones de años.


 

Estuvimos en Monument Valley, en la frontera sur de Utah con Arizona, y también en Window Rock en  la reserva de los Navajo, en su lengua "Dine", que significa El Pueblo o Los Hijos de Dios, tal y como ellos nos lo contaron….

 

La reserva actual del pueblo Navajo ocupa parte de tres estados, Arizona, Nuevo México y Utah y está rodeada por cuatro montañas, para ellos, sagradas: Sierra Blanca Peak, Mount Taylor, San Francisco Peak y Mount Hesperus, la belleza de esta tierra es indescriptible, bosques frondosos de pinos cubriendo altas montañas y enormes rocas del color del fuego dan paso a su vez al más árido y sobrecogedor desierto, por doquier y diseminadas, como semillas por el viento, se divisan, enraizadas en la tierra, las moradas de los navajo, muchas de ellas son casas móviles, otras de construcción humilde, algunas octogonales "hogan" en donde tienen lugar las ceremonias y también serán el refugio para la gente anciana... Nos encontramos con ganado: ovejas, reses, caballos.... que constituyen el modo de vida, junto con la artesanía, de la mayor parte de este pueblo que antaño albergaba esperanza, hoy .... posiblemente resignación, nos da la impresión, pese a la lucha de una minoría por mantener su cultura, sus tradiciones, su dignidad, de estar ante un pueblo vencido, que ha sucumbido a la presión y ha abandonado.... las drogas, el alcohol, el juego, el desempleo se han ido estableciendo de una forma tal entre su gente que les hace olvidar su pasado, quiénes son, de donde llegaron....

 

 

Cuenta la leyenda Navajo haber viajado por varios mundos antes de llegar al Planeta Tierra en donde sus ancestros posiblemente vivieron en Asia, en Mongolia y durante la última Edad de Hielo, hace miles de años, algunos de ellos cruzaron caminando la estrecha franja de tierra que separaba los dos continentes y se establecieron en Norte América, primero en Canadá (la lengua Navajo pertenece a la familia "Athapascan" así como la Apache y muchas otras de las tribus que habitan Canadá), pero hace ya más de mil años se establecieron en el lugar que viven ahora, sin embargo, no fueron los primeros, los Anasazi ya moraban en este lugar cientos de años antes hasta su desaparición en el 1300, se dice que sus descendientes fueron quizás los indios "Pueblo", quizás los Hopi, los Navajo....

 

El pueblo Navajo aprendió a tejer, cultivaron maíz, judías y melones y practicaban la caza, posteriormente introdujeron la ganadería, así como la joyería y las pinturas de arena que pasaron a ocupar un lugar relevante es sus vidas tanto para su supervivencia como espiritualmente.

 

La llegada de los españoles irrumpió en sus vidas no sólo alterando sus costumbres sino que se entabló una feroz y permanente lucha entre ambos, cuando México ganó su independencia de España en 1821, esta parte del sudoeste americano pasó a formar parte de México y lo nombraron Nuevo México, en este periodo las luchas persistieron, ahora entre los navajo y los mexicanos.... pasados unos años, en 1848 México perdió una guerra contra los Estados Unidos y el territorio que ocupaban los Navajo pasó a pertenecer a los Estados Unidos, los Navajo albergaban esperanzas de una vida pacífica pero pronto percibieron que nada cambiaría, el hombre blanco les consideraba como seres inferiores, quería desplazarlos, tanto a los Navajo como a las demás tribus, de a poco perdían sus casas, su tierra y eran relegados a una reserva, un territorio cada vez más pequeño y de menos valor, ante esta situación los Navajo se rebelaron y  respondieron brutalmente. En 1863 el gobierno de los Estados Unidos resolvió aplastar definitivamente a los Navajo obligándoles a una gran marcha de casi 500 kilómetros hacia Fort Summer, el pueblo Navajo fue testigo de cómo quemaron sus cosechas, matado su ganado y destruido sus casas... durante las tres semanas que duró la marcha, cientos de ellos murieron .... después de 4 años desesperados suplicaron regresar a su tierra y en 1868 se les permitió ocupar de nuevo el territorio de las 4 montañas sagradas, el tratado que firmaron correspondía únicamente al 10% del territorio que ocuparon antaño, con el tiempo se fue ampliando aunque nunca llegó a ser el mismo. En el tratado, el pueblo Navajo se comprometió a no luchar jamás contra los Estados Unidos quienes a su vez darían a cada familia 2 ovejas y suficiente comida para satisfacer sus necesidades durante un año, teniendo en cuenta que la tierra que recuperaban había sido totalmente saqueada, el gobierno prometió también crear escuelas y proveer maestros para los niños Navajo.

 

El pueblo Navajo mantuvo su promesa y a pesar de que afirman que los Estados Unidos no, los Navajo reconstruyeron su nación, estamos en ella, convivimos con su gente, generosa, amable, hospitalaria, curiosa, vivimos momentos de intensa unión, con emoción aceptamos su acogimiento pero también aparece ante nosotros la confusión de un pueblo perdido, que se aferra a su pasado sin la convicción de un futuro, cual esponja ha ido absorbiendo lentamente y sin retorno, la necesidad desenfrenada de un consumismo sin límites, de una carrera sin rumbo ni meta, convirtiéndose en víctima de su propio legado, buscando a ciegas.... recordando sin memoria....

 

 

 

Y esto fue lo que aprendimos de los Hopi:

 

...en las Cuatro Esquinas vivieron los anasazis, desde los tiempos de Cristo hasta alrededor del año 1300 dC, cuando la corriente del Atlántico comenzó a ralentizarse dando paso a la pequeña Edad de Hielo, los Hopi, pueblo de paz y esperanza, guardianes de las puertas del lugar en el que los anasazis habitaron, llegaron a esta árida región, en medio de la nada, hace probablemente más de mil años y allí vivieron y viven en la actualidad  en humilde simplicidad, cultivando maíz y otras plantas y haciendo un uso muy cuidadoso del agua y del espacio; esta zona llamada el corazón de la isla Tortuga (los Estados Unidos) y de la Madre Tierra representa la imagen microcósmica del macrocosmos del planeta entero. Cada clan Hopi perpetúa una ceremonia única y las ceremonias juntas mantienen el balance de las fuerzas naturales de la luz solar, la lluvia, el viento... reafirmando así su respeto por la vida y la confianza en el Gran Espíritu.

 

También cuentan los Hopi que la humanidad deberá recorrer siete periodos llamados Mundos, los cuales están separados entre sí por terribles catástrofes naturales, el primer mundo sucumbió por el fuego, el segundo  por el hielo, el tercero por el agua.... vivimos en el cuarto y, según sus profecías está tocando a su fin para dar paso a un nuevo mundo en un futuro no muy lejano, sus palabras me llevan a pensar en la impermanencia de todo, en el constante fluir, en la transformación ....

 

Afirman que sus antepasados fueron visitados por unos seres procedentes de las estrellas que se desplazaban en escudos volantes o pájaros y dominaban el arte de cortar y transportar enormes bloques de piedra, construir túneles y subterráneos, eran los Kachinas, sabios, ilustres y respetados, salvaron a los Hopi de un cataclismo y les enseñaron a observar las estrellas y cortar raíces, de ellos surgieron nuevos clanes y naciones extendiéndose por toda América; los Kachinas eran seres visibles, de apariencia humana, nunca se les consideraron Dioses, pero sí seres superiores, mediadores entre los dioses y los humanos, capaces de trasladarse por el aire a velocidades gigantescas y aterrizar allá donde quisieran, pudiendo tomar la forma de cualquier animal, planta, cuerpo celestial o criatura de otro mundo..... un día desaparecieron de la Tierra pero los Hopi siguen esperando su regreso y mientras tanto, en el transcurrir de los días, construyen máscaras y muñecos con extrañas indumentarias y cascos, como a sus maestros, les llaman Kachinas, también construyen animales con una fuerte connotación simbólica resaltando el carácter individual del maestro al que representan. Durante la primavera y principios del verano los Hopi realizan un ciclo ceremonial de bailes y máscaras Kachina como una súplica por la lluvia y el bienestar general.

 

Dicen los guardianes de la sabiduría Hopi que el aumento de la presencia de escudos voladores señala el final de los Tiempos, el fin del Cuarto Mundo, o nuestra era actual, se espera entonces el regreso de los sagrados Kachinas procedentes de Venus, en sus aparatos misteriosos, los platillos voladores. Los avistamientos inexplicables se suceden: en 1970 cientos de ellos fueron vistos a unas 125 millas al sudoeste de las aldeas Hopi cercanas a la ciudad de Prescott, Arizona; el 13 de Marzo de 1997 una nave ala-delta, quizás como una milla de largo, cruzó la misma vecindad, se la conoció posteriormente como Las Luces de Phoenix. Una antigua profecía Hopi afirma: “Cuando la Estrella Azul Kachina haga su aparición en los cielos, el Quinto Mundo emergerá”. ¿Es el Cometa 17P/Holmes el “Kachina Azul”? El 24 de Octubre del 2007 cuentan que tuvo lugar su espectacular explosión, su expansión continúa hoy en día siendo ya el objeto singular más grande del Sistema Solar, más grande que el Sol, sigue iluminándose, visible después del atardecer en la constelación de Perseo.

 

Así nos hablan los ancianos Hopi sobre las señales que alertan de la llegada del nuevo mundo:

 

Este es el Primer Signo: Habíamos sido advertidos de la llegada del hombre blanco, similar a Pahana, pero que no vivirían como él, sino que se apropiarían de tierras que no les pertenecen, y que abatirían a sus enemigos con el fuego.

 

Este es el Segundo Signo: Nuestras tierras verán la llegada de ruedas de madera. En su juventud mi padre vio hecha realidad esta profecía, con la llegada del hombre blanco en sus carretas a través de las praderas.

 

Este es el Tercer Signo: Una extraña bestia similar al Búfalo, pero con grandes y largos cuernos poblará las tierras en un gran número. Esto lo pudo observar Pluma Blanca con sus propios ojos, ya que se trata de las cabezas de ganado que ha traído el hombre blanco a estas tierras.

 

Este es el Cuarto Signo: La tierra será atravesada por serpientes de acero, una clara alusión a las vías del ferrocarril que hicieron su aparición durante los siglos XIX y XX.

 

Este es el Quinto signo: El cielo será cubierto por una gigantesca telaraña: el cielo con su tendido telefónico y de electricidad.

 

Este es el Sexto Signo: La tierra será invadida de ríos de piedra que reflejarán los rayos del sol, se refiere aquí, a la red de carreteras que cubren todos los países.

 

Este es el Séptimo Signo: Escucharás que el mar se volverá negro, y mucha vida sucumbirá: contaminación.

 

Este es el Octavo Signo: Verás a muchos jóvenes, que usarán el pelo largo como nosotros. Vendrán y se unirán a nuestra tribu para aprender nuestras formas de vida y nuestra sabiduría. Algunos creen que esta profecía ya se ha cumplido, asociándola al movimiento hippie de los años 60 y 70.

 

Este es el Noveno y último signo: Escucharás hablar de una morada en el cielo, que caerá con todas sus fuerzas sobre la tierra. Esta morada se verá como una gran estrella azul. Luego, muy pronto, las ceremonias y rituales de mi gente culminarán.

 

También habla la profecía del Kachina Rojo, el Día de la Purificación. En este día la Tierra, sus criaturas y toda vida como la conocemos cambiará para siempre”.

 

 

Inmersos en estos y tantos otros relatos atravesamos sus tierras, esas montañas que protegen, que no permiten que nadie las pise a menos que ellos mismos te acompañen, en donde el alambrado eléctrico no tiene cabida, parajes que no puedes fotografiar ni siquiera desde dentro de tu coche. Sin embargo, su hospitalidad no tiene límites, caminando por las calles de una aldea, unos viejitos nos invitaron a entrar en su hogar y cerrando puertas y ventanas, despacito, como en un murmullo, se pusieron a cantar y a tocar la guitarra narrándonos su historia, sus predicciones….

 

Nos preguntamos si concuerdan las profecías del Pueblo Hopi con los Maya que auguraron que la “Transición” actual culminaría en nuestros tiempos, en cualquier caso percibimos que hablamos de esperanza, de la alianza del águila y el cóndor, de la unión del pueblo del Arco Iris. El resurgir del Nuevo Mundo no viene sino a traer un mundo mejor, una vida con respeto y dignidad para todos los pueblos, un intento y búsqueda de la verdad en todos y cada uno de los seres que formamos este Planeta.

bottom of page